jueves, 12 de abril de 2012

Sólo cuento los días.

Tergiversas todo lo que te digo, sin importarte lo más mínimo cómo me siento.
No me haces caso, piensas que soy una egoísta por contarte mis problemas. Me das la espalda cuando necesito un hombro sobre el que llorar, pero me recriminas que no te haga caso.
Confío en ti a pesar de que me has hecho mucho daño... Y no me comprendes, ni intentas hacerlo. Sabes que sufro por ti y a pesar de ello te burlas.
Pero el lazo que nos une es demasiado fuerte y no puedo hacerle frente. Lo sabes y te mofas.
Eres una de las personas más crueles que he conocido, pero te quiero. Tengo que hacerlo, te debo mucho.
Todas esas discusiones, que me han hecho llorar. Todos esos golpes que recibí. Todos esos insultos llenos de furia, de odio, de fuego. Los he soportado todos por ti. Porque te quiero.
Y seguiré haciéndolo.
Sé que te arrepientes. Esos besos y recuerdos en tu regazo, frente a la televisión me hacen recordar que no eres mala persona, que te quiero y que sé que no lo haces conscientemente.
Es muy probable que tras esas palabras de odio, tras esas lágrimas sulfurosas se esconde un corazón arrepentido, un corazón lleno de culpabilidad y de rencor hacia tu persona.
Sólo quiero comprenderte, sólo quiero ser tu amiga. Pero con cariño, con susurros, con caricias, con sonrisas.
Por favor, haz que esas noches de ruegos a Dios, que esas tardes de lágrimas, de hastío tras una pelea, no sean en vano y me perdones si he hecho algo mal, si he hecho algo que te moleste.
Perdóname.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;